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INTRODUCCIÓN
Hola buenos días, buenas tardes o buenas noches, eso ya depende de la hora a la que le pille esto bien. Mi nombre sigue siendo César Giménez Sánchez y está usted escuchando un nuevo y no me atrevería yo a decir apasionante episodio del podcast desestropiciando. Para oír más y mejores episodios hay que dirigirse al sitio desestropiciando.org que, además, tiene la transcripción a todas las charlas y monólogos de este programa (como va a ser el caso).
Lo chungo de empezar a hablar de un asunto interesante como la educación es que, en algún momento, hay que dejar de hacerlo. Por el contrario, se aprenden numerosas cosas sobre ese tema. En principio puede parecer algo irrelevante (lo que se aprende y el asunto), pero luego, conforme pasan los días, se va uno dando cuenta de la influencia de la educación para las personas a lo largo de toda nuestra vida. Eso es el no va más.
Lo que sí creo que puedo asegurarles es que mi deseo es volver a oír testimonios de más personas afectadas por la exclusión y la marginación para intentar seguir sacando a la luz casos de estropicios que se cometen en las aulas españolas. Puede que esto sea un poco repetitivo para alguna gente, pero francamente, eso me da igual. Además, no creo que sea aburrido en absoluto hablar de la soledad y el aislamiento que produce un sistema como el que tenemos, un sistema que afecta tanto a los niños discapacitados, a sus familias, a los profesores y a los alumnos no discapacitados. Igual que hay juegos de suma cero y de todos ganan, a lo mejor existen juegos de todos pierden, este sería un buen ejemplo.
Mi idea es que no existen grandes impedimentos para apuntar a tu niño en un centro de educación especial, dadas ciertas circunstancias. En cambio, si unos padres se niegan después de ser animados a ello por el equipo orientador de su escuela, corren el riesgo de que los lleven a juicio (algún caso conozco) o les hagan algún otro tipo de perrería. La presión para meter a los alumnos en esos centros es muy grande, tanto que muchos acaban pensando que qué más da. La mirada a corto plazo de unos padres que se preocupan por lo inmediato que les pueda ocurrir a sus hijos trae sus consecuencias a largo plazo.
Parece que están contrapuestas la titulación y la felicidad de los niños en la clase, eso no necesariamente es así. De hecho, no sé de dónde sale esa historia. Hemos ido viendo que no son necesarias las adaptaciones curriculares para unos pocos, sino que hay que encontrar un currículum y una forma de actuar por toda la comunidad educativa que conduzcan tanto a la titulación como a la felicidad de los niños, por no hablar de su desarrollo personal y social. Aquí se ha hablado de que no es tanto una cuestión de recursos humanos o materiales como de la forma en que se trabaja en el colegio. La voluntad cobra un gran sentido en este terreno y básicamente en todos.
Cobran importancia los ritmos, los modos de aprendizaje, los métodos de enseñanza, las actitudes familiares hacia el otro, y una miríada de cosas que se han tocado, o mejor dicho rozado, en este programa. Como decía antes, y visto que todavía estamos en una etapa en la que se hace necesario levantar alfombras para pasar el aspirador, volveré más adelante a este tema de la educación.
Pero basta ya. Ahora voy a cambiar de materia y dedicarme un rato (unos cuantos episodios) a otros asuntos importantes, como puede ser la asistencia personal o el desmedido crecimiento de centros residenciales, que deben ser sustituidos por servicios comunitarios, aunque no es una medida popular y ante el desconocimiento de las autoridades de lo que significa vida independiente.
Como muchas veces, voy a mencionar un asunto aparentemente poco importante que no sé dónde desembocará. Se trata de un asunto de simple traducción. Verán:
La Estrategia europea 2010-2020 en inglés habla literalmente de “developing personal assistance funding schemes”, que se podría y debería traducir como “desarrollar sistemas de financiación para la asistencia personal” más o menos. Sin embargo, la traducción de lo mismo en castellano omite toda referencia a la asistencia personal y ha quedado así: “el desarrollo de sistemas de financiación para ayudas Personalizadas”. Un ligero fallo en la traducción que ha supuesto 10 años de atraso en lo referente a la implantación de un modelo razonable de sistemas de financiación para la asistencia personal. No son lo mismo asistencia personal que ayudas personalizadas.
Si ya lo teníamos mal, esto no ayuda a la comprensión de que la asistencia personal se basa en ayudas personalizadas, y también, y no menos importante, en libertad para elegir y controlar la actuación del trabajador. Como en cualquier empleo, el empleador contrata a quien quiere y lleva control más o menos férreo de lo que hace el empleado (sobre todo, porque no estamos hablando de una cadena de montaje sino de actividades en muchos casos íntimas, y también porque el empleador el asistente pasan mucho tiempo juntos, lo que facilita y hace casi inevitable ese control. La cuestión es qué persona controla a qué persona). Lo demás son gaitas. Eso es de primero de primaria en la AP, eso del pago directo o individualizado se viene diciendo desde hace muchos años en diferentes instituciones municipales, regionales, nacionales e internacionales.
Les recuerdo que todo este rollo lo he soltado a propósito de un detalle de traducción aparentemente intrascendente. Me quedo con que a veces hay que afinar mucho con las palabras y las definiciones, cosa que yo no siempre hago. Pero en esta ocasión me ha llamado la atención que se tradujera “asistencia personal” por “ayudas personalizadas”. Esos pequeños detalles tienen consecuencias (un retraso inmerecido para muchas personas discapacitadas). El lenguaje tiene su importancia, claro está. Quizás sea por eso que considere que las definiciones, los conceptos, las ideas y la información deben ser claras y simples para que todo el mundo pueda saber de lo que se habla y, en la medida que se pueda, con el menor lugar a interpretación posible. Más que nada para evitar confusiones.
En lo personal, desconfiado que soy para empezar, y siendo de la opinión de que la confianza tarda mucho en adquirirse pero se pierde en un instante, cosas como este aparente error de traducción, hacen que mi ya mermada confianza en nuestras autoridades mengüe un poquito más. Pero ese pequeño detalle no importa demasiado. Importa más que asuntos como este se repiten constantemente y en todos los terrenos de la vida (ya sea en el terreno de la discapacidad o en otros campos), con lo que la población, en mi humilde opinión, hace tiempo que dejó de creerse lo que le dicen sus gobernantes.
La conclusión a la que yo llego, en todos los terrenos tengan o no que ver con la discapacidad, es que en efecto queda mucho camino por recorrer. En realidad, siempre queda mucho camino por recorrer porque esto de la vida es algo dinámico y las necesidades van cambiando según el lugar y el tiempo. Pero aunque es verdad que queda mucho camino por recorrer en diferentes ámbitos, el camino de la libertad en las situaciones de discapacidad apenas hemos empezado a recorrerlo. Y ese camino es muy largo pero muy a paso tortuga.
DESPEDIDA
Bueno, pues ese ha sido el sermón de hoy que espero que no les haya aburrido más que de costumbre. Por si hay algún lelo interesado, suelo poner la transcripción y algún enlace conveniente (aunque creo que esta vez va a ser que no) en la página web desestropiciando.org. Como diría el cerdito Porky: “eso es todo amigos”. Pero yo no soy el cerdito Porky y todavía no considero que hayamos sacado el rebaño juntos como para llamarles amigos (una palabra demasiado importante para ser utilizada alegremente). Entonces adiós.
Muy acertado, amigo César!
Nosotros sí pastoreamos juntos.
Gracias por tu empeño
Un saludo
Charo