Joven vestido con camiseta negra y vaqueros cortos, muestra los bolsillos vacíos de los pantalones.
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Hola buenos días, buenas tardes, buenas noches, buena madrugada o lo que sea la hora a la que le pille esto, que eso no es asunto mío. Bienvenidos de nuevo a desestropiciando. Un podcast que hago yo y que puede encontrar en la web desestropiciando.org, y en cualquiera de las principales plataformas de podcast. Mi nombre es César Giménez Sánchez y les doy la bienvenida, después de mucho tiempo, a este espacio. Por supuesto, la transcripción para entenderme y para personas sordas o de baja audición la pueden encontrar en la página del podcast.
Creo que en el último programa de la temporada pasada comentamos la importancia de la asistencia personal para, en primer lugar, alcanzar nuestro derecho a la vida independiente incluidos en la comunidad, y en segundo, para evitar la institucionalización en centros residenciales, que siguen construyéndose a pesar de que les cambien el nombre para que queden más bonitos. Anoche, viendo una película antigua, de esas graciosas en blanco y negro, hablaban de que en ese momento se llamaba casa de reposo a lo que en realidad es una casa de locos, la peli será de hace 70 años, hoy sigue ocurriendo algo similar con los eufemismos.
De todas formas, vamos al lío del monte pío. Tenemos una ley de dependencia desigual y deficiente, aunque creo que eso ya lo vengo diciendo desde hace tiempo (lo que se dice predicar en el desierto). Aunque se cumpliera va mal encaminada porque pone el acento más en la dependencia, que la crea y la fomenta en vez de ahuyentarla, y olvida dedicarse a allanar el terreno para la vida independiente, para fomentar la autonomía de las personas discapacitadas.
Nos están vigilando desde fuera, desde el extranjero, porque los supervisores supuestamente independientes nacionales, no lo hacen lo suficientemente bien. Eso crea discordia. En lo referente a la asistencia personal, que en general resulta inaccesible por los requisitos que se solicitan, e insuficiente para cubrir nuestras necesidades vitales, en dos ocasiones nos ha “recomendado” el comité de la ONU al efecto, que la mejoráramos. A pesar de las recomendaciones de Naciones Unidas, las reformas que se han hecho a la ley de dependencia no se ajustan ni de lejos a la convención.
Es cierto que en 3 o 4 comunidades autónomas, la asistencia personal, siempre sin pago directo, ha mejorado ajustándose más a lo estipulado por el tratado internacional. Pero eso no es la línea general. Incluso hay comunidades autónomas donde este servicio no se ofrece y hasta se impide que se tenga acceso a él siendo un derecho en toda España. Como no es plan de ponerme a señalar las comunidades donde no hay asistencia personal, solo diré que en 6 de ellas más las dos ciudades autónomas, no hay ningún beneficiario de nuestra deficitaria prestación.
Siendo eso verdad, no es el caso de mi tierra. Tenemos un proyecto piloto en marcha, pero participamos en él sólo 7 personas, antes 8 pero una de ellas no siguió porque por los recortes no había dinero para darle la asistencia personal necesaria y suficiente. Se han hecho estudios de retorno socio económico en varios lugares que demuestran, o muestran los claros beneficios sociales y económicos de la asistencia personal, pero ni aún así se promociona esta figura laboral y su utilización por las personas discapacitadas que la necesitamos.
Normalmente miro los datos estadísticos de personas con diferentes servicios y prestaciones económicas recibidos por la ley de dependencia. Acabo de ver los datos más recientes y hay más de 166 mil personas internadas en centros residenciales frente a 8300 y pico con asistencia personal. Eso ya me parece milagroso, dada la escasa utilidad del servicio de asistencia personal. Cuando miras en detalle y ves que más de 6 mil corresponden al País Vasco, eso te hace preguntarte el motivo.
A lo mejor allí emplean el dinero en lo que deben y en el resto de España no. Digo lo anterior porque noto que a las autoridades les puedes hablar de lo social o de los derechos humanos todo lo que quieras y más, pero tienen sin excepción una capacidad enorme de que las palabras les atraviesen el cerebro sin dejar rastro. No sé si es mi percepción o es la realidad, pero a nuestros gobernantes y su cuadrilla lo único que les importa son los intereses creados y no los números. Porque el lobby de los centros residenciales debe ser muy fuerte e influyente.
Y si no, un ejemplo que a lo mejor les hace a ustedes o a alguien removerse incómodos en el asiento. Pasando ahora mismo de los derechos humanos y esas aparentes chorradas, hay que mencionar, con respecto a nuestro humilde proyecto, que este año nos dan la friolera de 50 mil eurazos de vellón. Eso se ve complementado con el dinero que nosotros ponemos de nuestro bolsillo para que el proyecto siga adelante. El total de la suma es de unos 75 mil euros este año.
Pues bien, contando solo a tres personas que necesitaríamos ir a residencias con cuidados permanentes, el estado se gastaría 92 mil euros en tres personas. Si tenemos en cuenta que otras 3 personas tienen grado 2 de dependencia y se les ha ofrecido ir a una residencia o a un centro de día el coste de esas otras 3 personas suma 45.000 euros si van a una residencia, y 32.000 si van a un centro de día. La persona número 7, como es cascarilla, vamos a decir que le salga gratis al estado, así que la suma de 6 personas sería entre 137.000 y 124.000 euros yendo por la ley, eligiendo centro de día o residencia.
Me huele que, además de promover la dependencia que se da en estos centros y no con la asistencia personal, los grupos de presión y nuestras autoridades están jugando con nuestras vidas y actuando como nuevos ricos desde hace tiempo ya.
Historia diferente es la pobreza que genera sobrevivir en un centro residencial. Con esto del copago le acaban a una persona quitando la pensión para pagar su estancia en dicho centro, o dicho de otro modo, su nivel de participación en sufragar su estancia en ese lugar es básicamente total. Aunque algún decreto dice que se paga solo hasta el 90% de la pensión, añade el mismo texto que como poco se le dejará a la persona discapacitada o anciana 70 eurazos al mes para gastárselos en joyas o medio paquete de tabaco al día, y aún le sobra para la propina. Pero no estoy seguro de si este dinero, los 70 euros, son antes o después de las movilizaciones convocadas por CERMI.
En este punto lo voy a dejar por hoy. Ya continuaré rebuznando otro día. En el próximo episodio de este podcast, hablaré lo menos posible porque le toca enrollarse a mi compañera Coral, a la que se entiende perfectamente, o por lo menos mejor que a mí. Hasta entonces, a la paz de dios.
Error: en un momento dado digo que en tres o cuatro comunidades autónomas se ha mejorado la prestación económica por asistencia personal sin pago directo. Me he equivocado. En algunas de ellas es con pago directo, no sé en todas.

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